La shunguita –también conocida como «shungita», «shungite» o «shungit»–, es un mineral único, diferente e incomparable. Es de color oscuro y está compuesto básicamente de carbono.
Debe su nombre a la zona de la que procede: Shunga, en Carelia (una república de la Federación Rusa próxima a Finlandia) y presenta tres variedades:
- Élite
- Negra
- Gris
La élite es la forma más pura de shunguita, la que más cantidad de fulerenos –que enseguida veremos lo que son– contiene: hasta un 98%.
La shunguita negra, el mineral que llamamos shunguita, sin más, a pesar de no contener tantos fulerenos –suele tener en torno a la mitad o menos que la élite–, cuenta con la propiedad de que se le puede dar forma. Y eso supone una ventaja, ya que la signatura vibratoria, la singularidad energética de cada ser, vivo o inerte, está determinada tanto por la materia como por la forma que lo componen. Una esfera de shunguita no hace el mismo efecto que un cubo o una pirámide.
En cuanto a la shunguita gris, es, con mucho, la de menor contenido en carbono, razón por la que se descarta su uso en litoterapia.
Por otra parte, tanto la shunguita negra como la gris se pueden pulir. Y al margen de su aspecto estético, se diferencian únicamente en que la shunguita sin pulir mancha tanto como el carbón común, mientras que la pulida –la que vendemos en Terra et sidera– puede manchar como lo haría la mina de grafito de un lápiz, aunque las manchas se quitan con facilidad al lavar el tejido.
COMPRAR